sábado, 30 de diciembre de 2017

José Vargas Vidot Biografía






José Vargas Vidot llegó al Capitolio en enero como el primer senador independiente electo en Puerto Rico. Al concluir su primer año en la silla, Vargas Vidot sigue asumiendo como bueno el reclamo que hizo desde su banca el día que se estrenó como senador: cambiar la dinámica de la política puertorriqueña.

Relató con orgullo que en su oficina no trabajan los asesores usuales que se encuentran en otras oficinas legislativas, sino que afirma que la ha convertido en una “oficina de servicio”, donde ha destinado el presupuesto para contratar un trabajador social, un salubrista, un cooperativista y un ambientalista. Aseguró que sus proyectos no los preparan firmas de cabilderos, sino “un chorro de muchachitos, de lo que me siento absolutamente orgulloso. Ya los adultos metieron la pata”.

Su paso por el Senado no ha estado libre de controversias. Una de las más sonadas fue el haber votado a favor de una medida (PS 81) que tuvo el efecto de permitir el depósito de cenizas en el vertedero de Peñuelas, algo a lo que él se oponía. Una enmienda en el proceso legislativo provocó que el senador votara sin haber entendido las consecuencias de la medida. Se arrepintió y se disculpó públicamente, pero el voto estaba sellado.


Un proceso doloroso

Admitió que fue un proceso doloroso, pero dijo que nunca consideró renunciar a su escaño durante las semanas que le llevó explicar públicamente su postura.

“Fue muy doloroso. No tengo miedo de decirlo. Una medida de la que soy coautor, que va dirigida a dilucidar unas inquietudes como ambientalista, se convierte por un pequeño cambio en algo que no es totalmente malo, pero que se interpretó en ese momento como el fin de la lucha”, afirmó. “Yo soy un tipo de guerra y tengo mucho entusiasmo. Siempre tengo un lugar en mi corazón que dejo separado para las frustraciones, para que no incidan en el diario vivir. Luego lo resuelvo. Lo fui resolviendo y mi forma de resolver las cosas es dando cara. Fui a Peñuelas, hablé con la gente, me llevé todas las ‘pescozás’, me amenazaron. Eso fue un gran golpe”.


Ayuda como vocación

Los días que no hay sesión, se le puede ver por los pasillos con la ropa usual de los que trabajan en el sector de la salud y con una pañoleta cubriendo su rabo. Divide su tiempo con el trabajo que realiza en una clínica que abrieron en Toa Baja tras el huracán María. En su oficina, por las esquinas, se acumulan cuadros, placas, menciones honorarias y reconocimientos. Vargas Vidot hace referencia a esto constantemente en sus intervenciones en el Senado. Cuestiona de qué sirven estos homenajes a las organizaciones sin fines de lucro si no les dan la ayuda que realmente necesitan.

El senador tiene varios proyectos pendientes de aprobación y otros tantos pendientes de discusión en el Senado. Sobre el escritorio del gobernador Ricardo Rosselló, está la medida que busca cambiar el sistema judicial para menores con una mirada menos punitiva. Este, en competencia directa con la medida del presidente cameral, Carlos Méndez Núñez, que pretende todo lo contrario.


A la hora de mirar en números su ejecutoria legislativa, Vargas Vidot no deja fuera las enmiendas que ha propuesto y logrado para proyectos que luego se han aprobado. Esto, afirmó, es una forma de impulsar cambios desde una silla que, aunque ganó con el mayor número de votos, sigue siendo de minoría.

“Yo no he perdido esa esperanza. Hemos logrado cambios significativos. Hemos logrado que las comunidades empiecen a sentir que su expresión no se quede en un papel. Para mí ha sido un gran logro influenciar en las operaciones del Senado. Hemos dado cenas para personas sin hogar”, recordó

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