En medio de la crispación social ante la seguidilla de tiroteos en Estados Unidos y de los reclamos al presidente Donald Trump para que cambie la ley y termine por completo con la venta libre de armas en el país, una organización sin fines de lucro de Texas tuvo una idea polémica que despertó más ira: a partir de mañana, publicará en Internet de forma gratuita las especificaciones técnicas para que cualquiera pueda confeccionar un rifle semiautomático como los que utilizaron en muchas de las matanzas.
Defense Distributed permitirá así que todos aquellos que tengan acceso a una impresora 3D puedan hacerse de su propia pistola o ametralladora en la comodidad de su intimidad, sin siquiera pasar por los controles que rodean a la mayor parte, aunque no a la totalidad, de las compraventas de armas en EE.UU., según lo publicado por el diario El Mundo.
Cody Wilson, un autoproclamado "anarquista de principios", es el fundador de la organización Defense Distributed y las bautizó Wiki-Armas. Fue él quien impulsó la publicación libre y sin restricciones en internet del paso a paso para producir sus diseños de armas. No es la primera vez que lo hace. En 2013 ya lo había intentado, pero el Departamento de Estado lo había obligado a retirar las instrucciones porque violaba las regulaciones de venta y exportación de armas.
Pero ahora Wilson recurrió la prohibición y alegó que se trataba de una violación a su derecho a la libertad de expresión. Y así consiguió que su país, pero también el mundo, comience a vivir desde mañana la era del DIY ("Do It Yourself", "Hágalo usted mismo") de los rifles y las pistolas.
Lo único que precisarán los interesados para hacerse de armamento es una impresora 3D, que en el país cuesta entre 500 y 3000 dólares. Y según números no oficiales, Estados Unidos cuenta con al menos 300 mil dispositivos de este tipo.
Pero el único problema no sería la posible masividad que una noticia como esta puede acarrear sino la falta de control. Una pistola o una ametralladora hecha en casa no tiene número de serie ni ningún otro tipo de identificación, lo que hace que sean completamente imposibles de rastrear. Y si bien en el país gobernado por Trump todos los ciudadanos pueden fabricar armas en sus casas si lo consideran pertinentes, la posibilidad de confeccionar un arsenal al alcance de cualquiera despierta preocupación.
Ocho estados demandaron al gobierno de Trump por permitir la publicación de los planos descargables alegando que este tipo de pistolas de plástico difíciles de controlar benefician a terroristas y delincuentes y son una amenaza para la seguridad pública.
La denuncia, presentada ayer en Seattle, pide a un juez que bloquee el acuerdo alcanzado a finales de junio entre el gobierno federal y Defense Distributed.
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