En pleno vuelo, explotó el motor de un avión de Southwest Airlines. La nave iba el martes de Nueva York a Dallas, pero tuvo que aterrizar de emergencia. Hubo siete heridos y solo una víctima fatal: Jennifer Riordan (43), ejecutiva y madre de dos hijos. Ahora se dieron a conocer los resultados de la autopsia que explican la causa de la muerte de la mujer.
Riordan fue parcialmente succionada hacia el exterior del avión a través de una ventanilla que se había roto debido a la descompresión súbita en la cabina. La parte superior de su cuerpo, hasta la cintura, quedó afuera de la nave.
Algunos pasajeros la sujetaron para evitar que saliera expulsada. Uno de los presentes, Eric Zilbert, dijo a la prensa que "varios caballeros heroicos" trajeron de vuelta a Riordan hacia el avión. También había una enfermera, Peggy Phillips, quien junto a otro pasajero le practicó técnicas de reanimación cardiopulmonar (RCP) durante unos 20 minutos.
A pesar de los esfuerzos por salvarla, Jennifer había sufrido heridas graves. Testigos aseguran que ella estaba cubierta en sangre, tanto que incluso salpicó hacia otras ventanas. Tras el aterrizaje de emergencia, la mujer fue trasladada al hospital de Filadelfia, donde perdió la vida.
Los resultados de la autopsia mostraron que Riordan falleció por un impacto en la cabeza, el cuello y el torso, informó NBC 10. Los médicos caratularon la muerte como "accidental".
Varios medios habían informaron anteriormente que ella pudo haber muerto de un ataque cardíaco. Pero esa versión quedó descartada tras la llegada de los resultados oficiales.
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