Los vecinos de Nueva York cuyas ventanas dan hacia el hotel Public se han quejado repetidamente sobre las indecorosas actividades que allí llevan a cabo los inquilinos del establecimiento.
Los neoyorquinos que viven cerca de este hotel de 28 plantas denuncian verse obligados a ver a diario los actos sexuales que sus clientes protagonizan sin molestarse en cerrar las cortinas.
Así, incluso, se quejan de que muchas parejas, tanto heterosexuales como homosexuales, directamente fornican frente a los cristales.
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